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Matamoros de la Laguna. Notas sobre su Origen y Fundación
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Matamoros de la Laguna. Notas sobre su Origen y Fundación
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UN CORTO ANTECEDENTE. Matamoros de la Laguna, estará cumpliendo en este mes de febrero del año 2001, 75 años de haber sido elevada al rango de ciudad. Calidad de población que alcanzó en un lapso aproximado de 100 años. Matamoros es sin duda uno de los pocos centros de población de nuestra patria que nacieron como consecuencia de una verdadera lucha armada de un grupo de personas deseosas de alcanzar los grandes postulados Divinos, del derecho a la Vida, del derecho a la Libertad y el derecho a la Felicidad.
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Matamoros, tierra con cierto olor a tragedia, es sin duda un centro de primordial importancia que jugó un papel muy importante en la conformación de la hoy llamada Comarca Lagunera de Coahuila. Su origen no se pierde en esa llamada noche de los tiempos, tan difusa y tan confusa; su nacimiento es claro y está presente y fue el resultado del amanecer de un nuevo día que trajo para sus conformadores, la satisfacción de haber conseguido un gran reto para con sus descendientes, que por mucho, ellos nunca se imaginaron lograr.
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A pesar del tiempo que Matamoros tiene de vida como centro poblacional, no ha existido persona alguna hasta la fecha que de una forma clara y convincente demuestre la fecha de su fundación. Sólo se han mencionado aproximaciones, de “un más o menos” y no porque no existiesen documentos que lo pudiesen probar, sino que simplemente la atención de los investigadores interesados no se habían dirigido hacia las fuentes indicadas que pudiesen darles los datos necesarios correspondientes a los primeros años de Matamoros. Tal es el caso de los archivos parroquiales de la Iglesia de Santiago Apóstol en la Hoy Viesca, Coah. (solo por mencionar algunas de las fuentes), que a pesar de su rica información respecto al sitio denominado San José de Matamoros y sus jurisdicciones, a partir de los inicios del segundo cuarto del siglo XIX, jamás, que yo sepa nadie se ha interesado en consultarlos en lo que se refiere al sitio en cuestión, tal vez por el hecho de que para la mayoría de los aficionados a la investigación, desechan todo aquello que huela a iglesia, a clero y a religión, lo desechan por antimaterial y anticientífico; debemos tener en cuenta que las tierras de la hoy Matamoros, incluyendo a Torreón pertenecieron desde siempre a la jurisdicción de las Autoridades de Parras, tanto en los Civil como en lo Eclesiástico; en cuestiones religiosas las tierras matamorenses pasaron a formar parte de la sub-parroquia de Viesca, a la fecha de su fundación en el año de 1731. Es por ello que los registros de los sacramentos que se proporcionaron a los primeros matamorenses allí quedaron debidamente inscritos (bautismos, matrimonios, defunciones) y eso se extendió hasta la creación de la parroquia de Nuestra Señora del Refugio de Matamoros en el mes de abril del año de 1875.
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Sin embargo dichos registros no son toda la fuente y la única con la que podamos contar, sino que algunos otros entre los que he localizado un documento verdaderamente interesante que nos ofrece datos importantísimos respecto a la fundación de Matamoros. Este es el referente a los reclamos y alegatos que se llevaron a cabo en el año de 1851, entre los representantes de los colonos matamorenses y el hacendado Leonardo Zuloaga. Dicho documento aparece junto con otros en un libro de Protocolos de la “Comisión Subalterna de Terrenos Valdíos del Departamento de Parras, a cargo de José Francisco Ciriza”, correspondiente a los año de 1851-1852. Algún extracto de dicho documento lo presenté en mi libro Parras y la Laguna en el año de 1990, en el apartado denominado San José de Matamoros, sin haberle dado en ese tiempo la importancia que merece el asunto, por lo que el escrito fue presentado muy a groso modo. Pero en esta ocasión el contenido de los documentos los veremos en una forma mas detallada, según avancemos en el desarrollo de nuestro tema.
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La fecha de fundación de Matamoros de la Laguna que hoy se maneja en los medios oficiales es el del año de1842; año que fue tomado de la obra de Eduardo Guerra, dicho señor, en su obra HISTORIA DE LA LAGUNA presentó un documento al que titulo: “ASALTO Y DESTRUCCION POR LOS SALVAJES, DE LA HACIENDA DE HORNOS EN 1842.- DESOLACION EN PARRAS.-DESAPARECE SAN JUAN DE LA CARRERA. GOBIERNO DEL DEPARTAMENTO. SUBPREFECTURA DEL PARTIDO DE CUENCAME”
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“Núm. 1506.- Quedo impuesto de la nota de V. S. Fecha 29 de noviembre último, en que se sirve de comunicarme lo satisfactorio que le fueron al Exmo. S. Gobernador las providencias que se tomaron por esta Sub-prefectura para preparar la defensa contra la invasión de bárbaros que resonó y sufrió ciertamente el Partido de Parras hasta su línea con el de Mapimí, y casi con la de este, en términos de que las atrocidades que hicieron aquellos desde su entrada hasta la salida, sin incalculables y de la mayor compasión, pues después de haberse levantado un robo de gran cuantía, según las noticias que de particulares se han recibido hasta ahora en bienes de campo, es decir: manadas, caballada mansa y mulada; a mas de esto mataron a D. Leonardo Zuloaga en la labor de su hacienda de los hornos, la bueyada con la que actualmente se estaba trabajando; mataron ganado menor; acabando con el basto punto nombrado San Juan de la Carrera... Dios y Libertad. Cuencamé, diciembre 2 de 1842. José María Acebal.- Sr. Secretario del despacho del Superior Gobierno de Durango”.
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Con el escueto documento de Guerra, algunos estudiosos de la historia de Matamoros, quisieron fijar de alguna manera su fecha de fundación. Fue el ameritado maestro don José Santos Valdés, el que vino a darle fuerza a la vaguedad publicada por Guerra. Respecto a los orígenes de Matamoros y dijo respecto al “supuesto” ataque a San Juan Nepomuceno de la Carrera lo siguiente:
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“Quedó escrito, también, que San Juan Nepomuceno de la Carrera fue incendiado y que los salvajes realizaron una verdadera carnicería entre los moradores del poblado. Ese año ----1842---, los colonos que pugnaban por legalizar la posesión de las tierras no abandonaron éstas y prosiguieron su lucha. Enterraron a sus muertos, recogieron lo que de utilidad quedó y dieron prueba de su energía al no huir. Escogieron el lugar que más apropiado les pareció para establecer un nuevo poblado, fácilmente defendible de las incursiones de los bárbaros y de los “civilizadores” que, también de cuando en cuando y por un motivo o por otro, se dedicaban a eso que se llama actividades predatorias. Fundaron entonces el rancho de Matamoros precisamente en las orillas del sur y oeste de la vega que, por lo regular, año con año renovaba sus aguas con las avenidas del Río Nazas”. No nos cabe la menor duda de que de esta forma y con base a una frágil hipótesis quedó establecido para la posteridad que la fecha de fundación de Matamoros se llevó a cabo en el año de 1842.
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El maestro Valdés, en algunos otros párrafos de su obra vuelve a hacer mención de aquella desaparición de San Juan Nepomuceno de la Carrera y al respecto dice: “Por consecuencia, los vecinos del viejo rancho de San Juan Nepomuceno de la Carrera, un poco hacia el oeste de la ahora ciudad de Matamoros, estaban asentados allí ----lo dijimos con anterioridad---- desde los años de 1830-1839 y aunque en 1842 los indios “bárbaros del norte”, como entonces les llamaban, habían asaltado el poblado, dado muerte a parte de los vecinos y destruido todo el caserío, estos no abandonaron la región y decidieron fundar un nuevo centro de población en las riberas de la llamada vega de Marrufo, centro de población al que pusieron por nombre Matamoros.” Otra anotación del maestro dice: “Tal vez éste y otros fugitivos y renegados, además, tengan razón. De mi sé decir que la vieja ciudad que surgió como rancho, allá por los años de 1842-1843 y en la que nacieron...” Sigue diciendo el maestro Valdés en otro de sus apartados: “Como se puede apreciar y de acuerdo con los datos que ya quedaron consignados antes, el primer centro de población no se estableció en la orilla de la vega de Marrufo, sino a un par de kilómetros hacia el sureste de la población actual , en lo alto de un arenal, con el propósito de proteger al poblado y a sus habitantes de las inundaciones que por entonces eran frecuentes. El poblado llevó el nombre de San Juan Nepomuceno de la Carrera ---más conocido por San Juan de la Carrera--- y, como ya se dijo, entre el 20 y el 22 de noviembre de 1842 fue asaltado por indios bárbaros que procedían del norte del país y del sur de los Estados Unidos.”
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Los comentarios y aclaraciones que corresponden a cada uno de las citas anteriores las haremos en líneas posteriores con el fin de no salirnos de un orden previamente establecido. Y para continuar con los antecedentes con que se han contado hasta la fecha para fijar los orígenes de Matamoros y con la finalidad de conocer más al respecto, tenemos que las primeras noticias de la citada fundación de, las obtuvimos de los escritos de Esteban L. Portillo, en su Anuario Coahuilense (1886), que en su apartado referente al Directorio de Matamoros dice: “FUNDACION. Se verificó en el año de mil ochocientos treinta y nueve en lo que se llamó antiguamente “Vega de Marrujo”. Todavía un año después en su obra Catecismo Geográfico Político e Histórico del Estado de Coahuila y Zaragoza, el señor L. Portillo menciona: “LECCION XVIII. Municipalidad de Matamoros (Laguna). ¿En qué época se fundó la villa de Matamoros? Los primeros colonos vinieron el año de 1839, y se establecieron en el paraje llamado antiguamente Vega de Marrujo, fueron atraídos por la fertilidad de las tierras, lo que hizo que en breve tiempo se aumentará el número de vecinos.” El maestro Santos Valdés hace la cita que L. Portillo anotó en su Anuario Coahuilense en el capítulo referente a Rancho, Villa, Ciudad.
El Autor.
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