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Agustín Fischer. Su paso por la Region de Parras y La Laguna.
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Parras. Se juro la Independencia de México en Parras, Coahuila. Julio de 1821.
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Parras. La Iglesia Parroquial de Parras. Noticias de su Remodelación. 1681 1682.
Parras. La Iglesia Parroquial. Su restauracion en 1797. Noticias de Campana Mayor y su Atrio.
Parras. La Batalla de Parras del 12 de febrero de 1866.
Parras. La Toma de Parras por los maderistas. 16 de abril de 1911.
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Parras. Parte 1. Los negros de Angola y otras naciones en la conformación de Parras y la Laguna.
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Torreon. Notas Breves de su Fundacion. Parte 2.
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VIESCA, COAH. NOTICIAS Y ANTECEDENTES DE SU ORIGEN Y FUNDACION.
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Parras. PANTEON DE SAN ANTONIO. ACTAS DE ENTIERROS.1.
PARRAS. UN BREVE RECORRIDO POR SUS SITIOS DE INTERES. .
PARRAS. PANTEON DE SAN ANTONIO. CENSO DE TUMBAS ABRIL 1989
PARRAS FOTOS Y RECUERDOS.
 
Agustín Fischer. Su paso por la Region de Parras y La Laguna.

AUTOR: GILDARDO CONTRERAS PALACIOS.

August Gottlieb Ludwig Fischer, nació el 22 de junio de 1825, en la localidad germana de Ludwigburg, Wurttemberg. De acuerdo a sus biógrafos se sabe que fue hijo de un comerciante dedicado al ramo de la carnicería. Desde muy temprana edad comenzó a demostrar un carácter un tanto rebelde, era poco empeñoso para el estudio y no mostraba  buen comportamiento en los centros educativos a los que fue enviado por sus padres; su aprovechamiento en dichos centros era bajísimo, sin embargo el muchacho trataba de auto educarse, mediante lecturas que él mismo conseguía. Agustín, a decir de un pariente lejano lo describió como un muchacho antipático, desafiante y obstinado; era pelirrojo, de cara pecosa y considerable fuerza física.

Por sus problemas de conducta Fischer fue internado en un centro correccional, pero ni allí lo aguantaron y se le expulsó en forma definitiva en diciembre de 1837, porque fue considerado como incorregible. En 1839, recibió la confirmación en la fe evangélica y su padre quiso que se dedicara a la herrería; no pasó mucho tiempo, cuando tuvo un altercado con un compañero de trabajo, a quien agredió y lesionó severamente con una trozo de hierro. Para sustraerlo a la acción de la justicia, sus padres lo llevaron a Estrasburgo, Francia en donde radicaba una hermana de su madre, y con su familia se dice que viajó a Estados Unidos. Existe la versión que narra, que el barco en que viajaba Fischer, su tía y sus primos, naufragó en las costas norteamericanas, en donde solo él pudo salvarse de aquel pequeño grupo familiar.

La realidad es que la llegada y permanencia de Fischer en territorio norteamericano, es un misterio. No sabemos por qué puerto o punto ingresó a Estados Unidos.  Alguno de sus biógrafos dice que al principio trabajó como ayudante de un carnicero y después de trasladó a Texas, en donde se ocupó como escribano en una notaría, en la que además de adquirir conocimientos jurídicos, aprendió el inglés y español. Existe otra versión que nos relata que Fischer fue enviado a Texas, en donde vivía un tío llamado Rhoads Fischer, quien ejercía el oficio de notario público en las poblaciones de New Braunfels y Fredericksburg. Allí Agustín como autodidacta que era, tuvo la oportunidad de adquirir ciertos conocimientos legales y jurídicos que en algo le servirían en su vida posterior.

Sus investigadores mencionan, que de Texas, nuestro personaje se dirigió a California en el año de 1848, con motivo de la llamada fiebre del oro. Aquella forma de vida, dura y de peligros no fue de su agrado, por lo que solo estuvo por allá un corto período,  y pronto se dirigió a la ciudad de Durango, en donde entabló algún tipo de relación con el entonces obispo de la Diócesis, don José Antonio Laureano de Zubiría y Escalante. Don José Antonio fue el vigesimotercer obispo de la diócesis de Durango, sucedió en el puesto a don Francisco Castañiza Larrea. Era originario de Arizpe, Sonora, en donde nació en 1791. Se ordenó sacerdote en 1817; fue titular de los curatos de Nazas Dgo., Sombrerete Zac., y del Sagrario de Durango. Se le nombró obispo de Durango en 1831 y ocupó el puesto en 1833. Al poco tiempo fue desterrado de Durango por órdenes del gobierno del Estado por sus ideas contrarias al gobierno de la nación de ese tiempo. A su regreso terminó y consagró la catedral de Durango, en el año de 1844. Fue un severo opositor a las leyes de Reforma y a la Constitución del 57. Durante la guerra de los Tres Años, por algún tiempo, permaneció oculto en una cueva de la región de la Hacienda de Cacaria, Dgo., en donde estuvo hasta su muerte en 1862. Sus restos se trasladaron a la Catedral de Durango dos años después.


Ahora bien, cuando Fischer estuvo en Durango, realizó estudios en el Seminario de dicha ciudad, bajo la supervisión del obispo Zubiría, quien en el año de 1852 y a pesar de su origen y del corto período que pasó en el seminario, se le ordenó sacerdote del clero secular en el año de 1852. En mayo de ese año, en la ante sacristía de la catedral de Durango, se reunieron el deán y cabildo de dicha catedral: dr., don José Tomás de Rivera, dr., don José Ma. Laurenzana, canónigo don Francisco de Paula Rivas, lic., don José Isabel Gallegos y dr., don José Rafael Aguilar, con la finalidad de nombrar un substituto del presbítero  don Pablo P. Concha, sacristán mayor de la Iglesia Catedral, quien había renunciado a dicho cargo en forma obligada, por sus constantes faltas en su encargo. El deán y cabildo, de acuerdo con la propuesta del señor obispo Zubiría, nombraron al presbítero don Agustín Fischer para hacerse cargo de dicho puesto; además se le nombró para ocupar el puesto de Maestro de Ceremonias de dicha catedral en forma interina.

En junio de 1853, el padre Fischer renunció al puesto encomendado. El 10 de enero de 1855, aparece firmando los libros de registro parroquiales de la iglesia de la Inmaculada Concepción de María, vice parroquia del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Durango, fue ese día, cuando se oficializó su nombramiento como titular de dicho curato, se le nombró en substitución del señor cura don Flavio Gandarilla, quien fue enviado al curato de Santa María del Oro. En dicho puesto Fischer solo estuvo hasta el 22 de ese mismo mes. El día siguiente, recibió el curato del Sagrario el señor cura don Cayetano Andrade, quien fungía como titular del curato de San Juan del Río, Dgo.

En el territorio nacional, era el tiempo de las disputas políticas entre conservadores y liberales. En esta época se dieron los planes de Ayutla y posterior a él, el de Tacubaya. Se promulgaron la Constitución y las leyes de Reforma y se desató la Guerra de los Tres Años. Durango capital, no fue ajena a este tipo de movimientos y se vio asediada por unos y otros. Por su ideología el obispo Zubiría se ausento de su cargo y tuvo que ocultarse. Cabe decir que en 1860 hizo su aparición en Durango, el aventurero español y conservador, Domingo Cajén, quien ocupó el gobierno de la entidad en dos ocasiones en ese año.


Mientras tanto el 14 de enero de 1860, Fischer recibió el curato de Cuencamé: “…por orden de la Sagrada Mitra de este obispado se recibió al señor Presbítero Lic. D. Agustín Fischer de esta parroquia con todas pertenencias y para constancia lo firmamos. Agustín Fischer.” El día 17 de ese mes de enero, celebró su primer bautizo como “cura y juez eclesiástico de este curato” en la persona de un niño que nació en el Pasaje el día 14 anterior, a quien le puso por nombre Jesús Rudecindo del Carmen, hijo legítimo de Jesús Lozano y de Ma. Sileveria Resa. Sus actividades sacerdotales las desarrollaba en la propia iglesia parroquial de San Antonio de Padua de Cuencamé, en la capilla el pueblo de Peñón Blanco, en la capilla de la hacienda de Pasaje, en la capilla de San Juan Bautista de Atotonilco y en el oratorio de San José de la Cabeza.

Alli estuvo el padre Fischer hasta el mes de mayo de 1861, el día 27 de ese mes entregó el curato al presbítero José Joaquín Román, sin embargo todavía ese día bautizó a Juan, párvulo originario de Atotonilco,  hijo de Joaquín Galván y de María Antonia Ibarra. En seguida de la anterior constancia anotó en el libro de bautismos:”Cuencamé a veinte y siete de mayo de mil ochocientos sesenta y uno. Aquí termino las partidas de bautismos hechos durante mi <…> Agustín Fischer.”
    
Inmediatamente después don Agustín Fischer, fue enviado a la parroquia de Santiago de Mapimi, en donde a pesar de haber llegado allí el día 27 de mayo, anotó en el libro de bautismos de dicho cuarto: que lo recibió el 26 de mayo de 1861, esto escribió: “Con esta fecha recibió de este curato el presbítero, Lic. D. Agustín Fischer por orden del Sor. Gobernador de la Mitra, presbítero don José Isabel Gallegos, y en la misma dar principio las partidas de bautismos que contiene este libro. Para la debida constancia lo firmé. Agustín Fischer (rúbrica).”

De su puño y letra don Agustín Fischer, se autodefine como presbítero y licenciado, con ello se aclaran muchas dudas que existen respecto a la orden religiosa a la que pertenecía, ya que por lo general se ha mencionado que pertenecía a la orden de los jesuitas; situación totalmente inexacta. En los registro de la Compañía de esa época no existe como miembro de tal orden, el padre Fischer. Además en las firmas que realizó en los diversos libros de registros parroquiales, nunca se hace aparecer como tal, añadiendo a su nombre el S.J. (Sacerdote Jesuita) característico en los miembros de dicha congregación. Vemos claramente que Fischer fue ordenado como sacerdote del clero secular diocesano y no como sacerdote jesuita como se le ha querido involucrar, y hasta se le ha llamado “presunto jesuita”.


El padre Fischer, durante su estancia en Mapimí, realizaba su actividad de sacerdote en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de dicho pueblo y realizaba visitas periódicas con el mismo fin a la capilla de Nuestra Señora del Refugio de la hacienda de Avilés (Ciudad Juárez, Dgo.), en ese entonces propiedad de Juan N. Flores; y a los oratorios de La Loma, de San Fernando (Lerdo) y de la hacienda de San Sebastián. Los oratorios, eran pequeños espacios que se tenían en las “casas grandes” de las haciendas, que se utilizaban a manera de capillas particulares para recibir la visita de los señores curas responsables de la parroquia a cuya jurisdicción pertenecían dichos centros, en este caso del de Mapimí. La hacienda de la Loma pertenecía en ese tiempo a la familia Garde y San Fernando a Juan N. Flores. Debemos aclarar que la actual iglesia del Sagrado Corazón de Lerdo se empezó a construir en el año de 1865, por lo que el oratorio a que hacen referencia los registros parroquiales debió quedar dentro del casco de la hacienda de San Fernando, que fue el que recibió la visita del Fischer en esos años de 1861-1862. El oratorio de la Loma, aún existe y forma parte de la casa grande de de dicha ex hacienda.

Durante el tiempo que el padre Fischer estuvo en Mapimi, como cura encargado de la parroquia de Santiago Apóstol, también acudía en ocasiones al oratorio de  la hacienda de Santa Rosa (Gómez Palacio), que era propiedad de Juan Ignacio Jiménez, uno de los tres grandes terratenientes de la Región Lagunera de ese tiempo, junto con Leonardo Zuloaga y Juan N. Flores. Fischer permaneció como titular del curato de Mapimí, hasta el mes de diciembre de 1862. En este último mes de su estancia en Mapimí, permaneció en la hacienda de Avilés del día 10 al 21, el 22 y 23, estuvo en la Loma y el día 24, para las festividades de la Natividad reapareció nuevamente en su parroquia de Mapimí. En la hacienda de Avilés, en donde residía el gran hacendado Juan Nepomuceno Flores, el día 12 de diciembre, fecha dedicada a Santa María de Guadalupe, celebró cerca de 70 bautizos en infantes que procedían del mismo Avilés, de San Fernando (Lerdo), San Sebastián, Sacramento, las Leocadias, San Carlos, Torreña, San Ignacio, el Tajito, la Concepción, los Ángeles, San José, San Juan de Casta (León Guzmán), la Goma, Zapioriz  y Torreón; de este último lugar, ese día 12 de diciembre, bautizó a Simón, “que nació en el Torreón y era hijo de Guadalupe Peralta y de Mauricia Hermosillo. Sus abuelos paternos fueron: Eulogio Peralta y Manuela Marta; y los maternos: Manuel Hermosillo y Rita Espinoza”.

El dato del bautizo del niño Peralta que nació en el Torreón, confirma en algo lo que relató aquel “anciano” llamado Fernando Peralta, en su información oral que le proporcionó a Eduardo Guerra a principios de 1930, para su libro La Historia de la Laguna, de ser originario de Cuencamé y que recién nacido se trasladó con su padre Guadalupe, al rancho del Torreón en el año de 1860. Con ello podemos deducir, que Fernando era hermano de Simón, el niño bautizado. Sin lugar a dudas, por su origen y su condición sacerdotal, Fischer debió haber entablado alguna buena amistad con Juan Nepomuceno Flores, quien comulgaba con las ideas conservadoras de ese tiempo. Es probable que durante su estancia en dicha hacienda, se haya hospedado en la casa de dicho hacendado. Sabemos que al triunfo de la república los bienes de J.N. Flores fueron incautados por el gobierno del presidente Juárez, por su colaboración con el gobierno del Segundo Imperio.


A su regreso a Mapimí, Fischer solo estuvo tres día más, ya que había sido notificado por la autoridad eclesiástica de Durango que debía entregar el curato al presbítero Luis Sáenz. Todavía el día 27, bautizó a Ma. Natividad, párvula nacida el 20 de noviembre anterior, e hija de José Ma. Navarro y de Ma. del Refugio Mesa. Esos tres días los dedicó a entregar el curato, arreglar sus asuntos pendientes, empacar sus pertenencias y prepararse para salir con el rumbo de un nuevo curato de la Diócesis de Durango, al que había sido asignado.

De Mapimí, Fischer se dirigió a la villa de Santa María de las Parras, sin embargo no iba solo sino que se hizo acompañar de un joven de ascendencia alemana, originario de la ciudad de México, cuyo nombre era el de Andrés Guillermo Eppen, en ese entonces de solo 22 años. Se dice que Andrés nació en el mes de julio de 1840 (Familysearch. Discover your family history), era hijo de padres alemanes y ya para 1862, estaba radicando en Mapimí. Eppen, fue el creador del primer fraccionamiento urbano de Torreón, cuyos lotes se empezaron a vender en enero de 1888.

A la villa de Parras los viajeros llegaron el 30 de diciembre y ya para el día 31, Fischer estaba bautizando como cura interino en la parroquia de Parras a José Luis, párvulo de 17 días de nacido, hijo de Amado Castro y de Fermina Alcalá. A pesar de que empezó a administrar los sacramentos el día último del año de 1862, recibió formalmente el  cargo el 8 de enero de 1863, cuando el presbítero Juan Francisco Flores su antecesor, le entregó los libros de los registros parroquiales; en el libro de bautismos se anotó: “Se ha entregado y ha recibido el señor cura Agustín Fischer en Santa María de Parras a 8 de enero de 1863. Fue la entrega el día 31 de diciembre de 1862. Juan Francisco Flores. Agustín Fischer (rúbricas)”. En el libro de matrimonios, el padre Fischer anotó: “El libro de matrimonios no lo entregó el padre Flores, porque él no lo había recibido...”; días después Fischer localizó el citado libro  en un estante del archivo de la vicaría del curato. Desde el 3 de marzo de 1862, hasta la fecha en que lo encontró Fischer, el 14 de enero de 1863, en el libro de matrimonios no se registró ninguna partida. Tiempo en que estuvo al frente del curato el padre Flores.


Tal vez esta grave anomalía por parte del presbítero Flores, sirvió para que Fischer pusiese una queja ante las autoridades de Durango, con fecha 13 de enero de 1863, la cual, fue contestada el día 27 de ese mismo mes, en la que se le informaba de la suspensión total de sus funciones como sacerdote, de su antecesor en el curato de Parras, Juan Francisco Flores. Fischer debía hacerlo del conocimiento del afectado y le exigiría su salida inmediata de Parras. En caso de que dicho sacerdote no obedeciere, el propio Fischer le debía negar todos los paramentos sagrados para celebrar el Santo Sacrificio.

Ahora bien, en las actas de las informaciones matrimoniales, en las que se asentaban: las intenciones del pretenso de contraer matrimonio, la conformidad y aceptación de la pretensa, la comparecencia de tres testigos y la autorización del señor cura, para que se lleve a cabo el matrimonio, a partir del día 3 de enero de 1863, en dichas informaciones, aparece la firma de Andrés G. Eppen, junto a la del padre Agustín Fischer. En alguna de ellas Eppen, se autodenominó notario nombrado. “En Parras a diez días de enero de mil ochocientos sesenta y tres. El presbítero Lic. Agustín Fischer, cura interino y juez eclesiástico... habiendo visto la antecedente información matrimonial… D. Jesús Alcalá y Juana Micaela Segovia… Y por este auto que se les leerá, a los interesados, antes de la celebración de su matrimonio para su inteligencia y debido cumplimiento, así los favorecí, mandé y firmé, ante mí el notario nombrado que doy fe. Andrés G. Eppen. Agustín Fischer (rúbricas).” Andrés Eppen, firmaba al calce de las actas como “Eppen”, “Andrés Eppen” y como “Andrés G. Eppen”. La firma de Eppen aparece en las informaciones matrimoniales celebradas del día 3 de enero hasta el 7 de febrero de 1863. Solo en este corto período estuvo Eppen en Parras, ejerciendo el puesto de notario, después claro está que regresó a Mapimí. Se dice sin confirmarlo que en ese tiempo se descubrió un supuesto affaire que se dio con anterioridad entre Fischer y un mimbro de la familia de Eppen, lo que ocasionó su regreso a tierras duranguenses.

Mientras tanto el padre Fischer permaneció en Parras, todo ese año de 1863, como responsable del curato y figuraba como su teniente el padre fray Jacinto Silva, con quien firmaba las constancias de la impartición de los sacramentos. El 14 de enero de 1864, firmaron juntos la última constancia y a partir de allí lo hizo solo el padre Silva.

Existe un vacío respecto a lo que hizo el padre Fischer después del 14 de enero de 1864, el investigador Konrad Ratz, menciona que en diciembre de 1863 (sic) fue enviado a Roma, por parte de las autoridades eclesiásticas de Durango, para tratar con el vaticano el nombramiento de un obispo mexicano y que allá paso cerca de un año. Agrega Ratz, que durante su estancia en Roma, Fischer fue presentado a Maximiliano, cuando éste señor se dirigía a México, e hizo una escala en el vaticano para entrevistarse con el Papa. Y que el encuentro Maximiliano-Fischer debió haber sido entre el 18 y el 22 de abril de 1864. Maximiliano llegó a puerto mexicano el 28 de mayo de ese año. Tiempo en el que la nación mexicana estaba sumida en una grave crisis, debido a la intervención francesa, que había iniciado sus operaciones en marzo de 1862 y que a la llegada de Maximiliano para ocupar el puesto de emperador, los ejércitos de Napoleón III se convirtieron en el apoyo militar del nuevo soberano. Ratz, menciona que Fischer regresó a la diócesis de Durango en noviembre de 1864 y es cierto que para el 20 de ese mes apareció nuevamente firmando los registros parroquiales de Parras, junto con fray Jacinto Silva, para un nuevo período en el curato de dicha villa.


Durante el tiempo de ausencia de Fischer en el suroeste de Coahuila (1864), se dieron innumerables acontecimientos de suma importancia, en los ámbitos nacional y regional. En lo nacional el presidente Juárez con su gobierno itinerante había arribado a Saltillo en enero de 1864; en febrero en Monterrey tuvo un fuerte altercado y posterior ruptura con el gobernador Vidaurri; en abril estableció su gobierno en Monterrey y ante el acoso de los ejércitos imperialistas salió de allí en el mes de agosto; pasó por el sur de Coahuila, con rumbo de Chihuahua y Paso del Norte; en septiembre en Mapimí expidió el decreto de la creación de las villas de Matamoros y de Lerdo. Mientras que Maximiliano había asumido el el cargo de emperador de la nación mexicana en junio de 1864. Y en lo regional, Leonardo Zuloaga había acudido a Monterrey, para presentarle a Vidaurri su enérgica queja por el ataque a sus propiedades en la Laguna por parte de los matamorenses en abril y octubre del año anterior; el resultado del reclamo, fue una acalorada discusión entre ambos personajes y el posterior encarcelamiento en Monterrey del hacendado.

El padre Fischer regreso a la parroquia de Parras en noviembre de 1864, como lo dijimos anteriormente. El 20 de ese mes la constancia de bautismo de “María Esiquia, hija natural de Ma. Guadalupe García de la hacienda de San Lorenzo”. El sacerdote celebrante fue fray Jacinto Silva, su teniente. A partir de esa fecha, Fischer, rara vez era el sacerdote que impartía los sacramentos; dicha función la delegaba en sus auxiliares; quienes en este tiempo lo eran el propio fray Jacinto Silva, y los presbíteros; Celedonio Valenzuela,  Tomás Ferriño, Nazario de las Garza. Sus preocupaciones eran otras y nada tenían que ver con sus ocupaciones de sacerdote; solo se concretaba a firmar las actas de constancias correspondientes.

Sin embargo solo intervenía directamente en impartir dichos sacramentos, cuando el receptor, era alguna persona “distinguida” de Parras. Por ejemplo: el 9 de febrero de 1865, bautizó a José Aureliano, hijo de Francisco Ziriza e Inés Zertuche; el 21 de marzo siguiente, bautizó a Ma. Josefa Brígida, hija de Saturnino Agüero de la Sota y de Cristina Yarto Goribar; el 30 de marzo de ese año, bautizó a Elvira Catalina de Jesús, hija de Remigio Rojo Ibarra y de Delfina Lobatón Lavallen; el 24 de abril siguiente, bautizó a Fanny Cleofas de la Trinidad, hija de Emiliano Laing y Francisca Vargas Santos Coy; el 12 de mayo de ese año bautizó a Juan Julián Domingo, hijo de Lorenzo Yarto Goribar y de Carmen Lobo; y el 25 de ese mismo mes bautizó a José María Pascual Francisco de Jesús, hijo legítimo de Mariano Viesca y Peña y de Guadalupe Arizpe Ramos. En la impartición del matrimonio era donde más intervenía.


El padre Fischer, no asistió al entierro de Leonardo Zuloaga, a pesar de que era el rico hacendado de la región suroeste de Coahuila que había fundado el Torreón en 1850. Dicho señor falleció el 20 de febrero de 1865, y fue sepultado por el presbítero Manuel Flores. Cabe decir que Fischer se movía entre personajes de bandos contrarios de ese tiempo, imperialistas y republicanos. En la fecha en que regresó a Parras se acompañó de Raymundo Schmid, quien en 1867, contrajo matrimonio con Carmen González, hermana de Jesús González Herrera, con quién Fischer llevaba una estrecha amistad, como adelante se verá. Raymundo Schmid, quedó viudo en 1876 y contrajo segundas nupcias con su antigua concuñada Carmen de la Fuente Cortinas, viuda de Jesús González Herrera, quien murió en febrero de ese año. Raymundo Schmid con el tiempo se convirtió en gente de confianza de don Evaristo Madero, trabajó para él por cerca de 25 años y fue el primer gerente general de la Cia. Industrial de Parras en el año de 1899. Dicha compañía fue fundada en septiembre de 1898.

A principios del año de 1865, Parras fue ocupada por las fuerzas imperialistas francesas. Ocupación, que por cierto, duró hasta un poco más allá de la batalla de Santa Isabel (1 de marzo de 1866), evento, en el que la mayor parte de aquellas tropas fueron aniquiladas por el ejército republicano al mando de los generales Viesca, Treviño y Naranjo. Durante la estancia de los franceses en Parras, el padre Fischer se encargaba de oficiarles una misa especial, los domingos y días festivos. El 20 de marzo de 1886, el aún jefe político de Parras, Máximo Campos, antiguo coronel liberal vidaurrista unido en ese tiempo a la causa del Imperio, envió un comunicado al señor cura de la villa, Leónides D. Alvarado, en los siguientes términos: “Sírvase V. disponer que todos los domingos y días festivos se celebre en la parroquia de esta villa, una misa para los señores jefes y oficiales de la columna francesa que actualmente están de guarnición en esta plaza, como se ha hecho antes por el señor cura Fischer.” El acuerdo al que llegaron el señor Campos y el padre Alvarado, quedó en que la misa sería los domingos y días festivos a las ocho de la mañana tal y como lo hacía Fischer.


De igual manera, a pesar de que con las Leyes de Reforma la administración de los cementerios había pasado a manos de la autoridad civil, Campos decidió entregar las llaves del cementerio (San Antonio) al padre Fischer. Situación que se corrigió en agosto de 1866, una vez que los republicanos se habían hecho del poder en Parras;  por orden del jefe político Manuel Gutiérrez. Dijo Gutiérrez al señor cura de Parras: “… manifestándole que como el juez referido C. Juan N. Gamboa, me participa que para el debido <…> es indispensable tener a su cuidado el cementerio o camposanto, del cual le fueron recogidas las llaves por el subprefecto anterior (Campos) y entregadas al Pbro. D. Agustín Fischer. Suplico a V. se sirva dar  sus órdenes para que aquellas se pongan a disposición del encargado del Registro Civil…”

Fischer, durante su estancia en Parras como titular del curato, realizó algunas visitas de inspección a las sub parroquias, localizadas en la villa de Viesca y en San Francisco de Patos (General Cepeda, Coah.). Se tienen noticias de que en este último lugar, conoció y trató al rico hacendado Carlos Sánchez Navarro y se convirtió en confesor de él y de su esposa, Dolores Osio y Allende. Carlos, por lo general residía en la Capital del país, en la cual, era una persona muy distinguida entre la alta sociedad, y sin embargo pasaba algunas temporadas en su hacienda de Patos. En dicha hacienda el 24 de diciembre de 1864, en la vice parroquia de San Francisco de los Patos, “el señor obispo de Linares, dr., don Francisco de P. Perea, bautizó a Luis Gonzaga, hijo legítimo del licenciado Carlos Sánchez Navarro y de Dolores Osio Allende”. Los integrantes de dicho matrimonio fueron personajes que estuvieron muy cerca de Maximiliano, convirtiéndose Carlos, en Gran Chambelán del emperador y su esposa figuraba entre las damas de la alta sociedad capitalina y estaba incluida en el círculo social de la emperatriz Carlota. A pesar, de que se ha dicho que Fischer conoció a Maximiliano en Roma (Ratz), lo más probable, es que ello haya sido un poco después de la llegada del nuevo gobernante a México y la presentación entre ambos personajes corrió a cargo de Carlos Sánchez Navarro. Lo que llegó a facilitar aquella relación entre Maximiliano y Fischer, fueron entre otras cosas, el que ambos eran casi de la misma nacionalidad. El tiempo en que pudo darse aquel encuentro fue precisamente en el período que Fischer se ausentó de Parras, de enero a noviembre de 1864. Hay que recordar que Maximiliano arribó a las costas mexicanas el 28 de mayo de 1864 y llegó a la capital mexicana a principios del mes siguiente.

Fischer permaneció en Parras hasta los primeros días de agosto de 1865. El día 5 de ese mes firmó su última constancia de entierro del albañil Wenceslao Medina. El 6 de agosto firmo el matrimonio de Dolores Cuevas de la Garza y de Ma. Hilaria Gómez Rodríguez. Y el 7 de agosto firmo el bautismo de José Cristóbal Garibay Méndez. Posteriormente se dirigió a la capital mexicana y se unió al gobierno de Maximiliano, quien el 21 de septiembre siguiente lo nombró capellán de la corte. En octubre Fischer fue enviado a Roma para tratar de celebrar un concordato entre el gobierno de Maximiliano y la Santa Sede, del cual no se arreglo absolutamente nada. A fines de junio de 1866, ya en plena retirada del ejército francés de México,  Fischer salió de Roma rumbo a México y en pleno viaje y a distancia, Maximiliano lo distinguió en julio de 1866 otorgándole la Orden de Guadalupe. Cuando Fischer regresó a México el gobierno del Segundo Imperio era todo un caos.


El 18 de octubre de 1866, el emperador salió rumbo a Orizaba con el fin de alcanzar Veracruz y emprender el retorno a su tierra. Sin embargo en dicha población Maximiliano fue alcanzado por la mayoría de sus colaboradores encabezados por Fischer, quienes lo tuvieron casi prisionero y lo presionaban a desistir de su intención de renunciar al cargo. Todavía en dicha ciudad, nombró a Fischer “Secretario del Emperador”. Vino después el regreso de Maximiliano a la Capital del país, su posterior encierro en Querétaro, su aprehensión y fusilamiento. Mientras se daban esos acontecimientos, Fischer había permanecido en la Capital en donde fue aprehendido por el ejército de Porfirio Díaz, en junio de 1867. Permaneció preso hasta diciembre de 1867, dirigiéndose posteriormente a Viena Austria, en donde se le cuestionó duramente sobre por la muerte de Maximiliano.

Después de todos esos acontecimientos, todavía el nombre de Fischer se hizo presente en la región de Parras y La Laguna, cuando en noviembre 5 de 1870, el general Jesús González Herrera, dirigió desde Viesca un comunicado al presidente Juárez. En el que mencionó:

Muy señor mío de mi mayor aprecio:
Después de infinitas veces me atrevo de nuevo dirigirme a usted lleno de confianza en la nobleza y generosidad de sus sentimientos./Estrechos lazos de amistad y simpatía mutuas me ligan a la familia del señor cura don Agustín Fischer; como usted sabe, dicho señor se ve obligado a vivir fuera de nuestro país, residiendo en él solo su familia./Muy natural es su deseo de vivir reunidos y a esto se agrega que la salud del referido señor sufre tanto los climas fríos, que los facultativos han considerado necesario para él la temperatura benigna de nuestra tierra. Así es que por influencia y en nombre de la familia suplico a usted se sirva permitir a mi recomendado el regreso al suelo mexicano, el cual podrá verificar con una sola letra de seguridad por parte de usted./Por esta gracia quedará a usted eternamente agradecida una pobre familia huérfana y éste su invariable y muy adicto amigo y seguro, servidor que atento b.s.m./Jesús González Herrera
.”

En la misma misiva el señor Juárez escribió de su puño y letra:

Recibo y que podré permitir que el recomendado vuelva a la República; pero es indispensable que el interesado pida la gracia por medio de una solicitud”.

Con la anterior autorización Fischer pudo regresar a México en ese año de 1871, en 1876 volvió a Europa y en 1879, retornó a tierras mexicanas y en 1881 se le designo cura de la Parroquia de Jesus de Santa Prisca del Mineral de Taxco, Gro.,en donde el 28 de noviembre de ese año, celebro su primer bautizo. Alli permanecio hasta el 22 de diciembre de 1883, para despues pasar a la iglesia de San Cosme, en el D.F., en donde murió el 18 de diciembre de 1887. "Partida No. 42. El dia 18 de diciembre de mil ochoscientos ochenta y siete, fallecio de "Pernisiosa" en el Curato de San Cosme. El señor presbitero don Agustin Fischer. Cura Interino de esta parroquia. Antiguo Secretario Particular del Emperador Maximiliano, a los sesenta y dos años de edad, habiendo recibido todos los Santos Sacramentos. Se le sepulto en el Panteón Francés el dia veinte del mismo mes. Doy Fe. Con especial autorizacion. Samuel Arguelles." Esta es una corta reseña, del paso del padre Fischer por la región de Parras y La Laguna, porque su vida es  tema para más, y mucho más.


















 
Fuentes

Archivo Parroquial de Parras (María y Matheo). Libros y fechas señaladas en el escrito.-FUE

Fernando del Paso. Noticias del Imperio. Editorial Diana. 8ª. Edición. 1988.-FUE

Charles H. Harris III. El Imperio de la Familia Sánchez Navarro. 1765-1867. Traducción de Carlos Guajardo Elizondo. Sociedad Monclovense de Historia, A.C. 1989.-FUE

Historia de México. Tomo 8. Salvat Editores de México, S.A. México. 1974.-FUE

Konrad Ratz. Tras las huellas de un desconocido. Nuevos datos y aspectos de Maximiliano de Habsburgo. Un concordato malogrado. Prólogo de Patricia Galeana. CONACULTA- INAH. Siglo XXI Editores, S.A. de C.V. Primera Edición 2008.-FUE

Canales Santos Álvaro. Agustín Fischer. El Rasputín del II Imperio Mexicano. Club Libro Coahuilense. Editora El Dos. Saltillo, 2005. -FUE

Familysearch. Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Libros parroquiales de Registros de los sitios mencionados.-FUE

Contreras Palacios Gildardo. Mas de Cien Breves Documentos del Archivo María y Matheo de Parras. Enrome. 1997.-FUE